Iglesia de San Bartolomé (Cantillana)

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Ermita de San Bartolomé de Cantillana.

Iglesia de San Bartolomé de Cantillana.

Historia

Los orígenes de la capilla de San Bartolomé permanecen en la oscuridad, por la falta de de noticias documentales que nos informen sobre las circunstancias y razones sobre su erección. Tan sólo sabemos que cuando las obras, en la primera mitad del siglo XVII, de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, sirvió de sede provisional de ésta, describiéndose en 1679 como “de tres naves y tiene dos puertas, al sur y al poniente”. En 1730 estaba a cargo de la cofradía de la Vera Cruz, siendo atendida además por un santero.

A falta de documentos, la propia estructura arquitectónica del edificio nos revela que su construcción debió realizarse en momento muy avanzado de la baja edad media.

Iglesia

En planta el edificio presenta disposición basilical, formada por tres naves divididas en cinco tramos, terminadas en testero plano y separadas entre sí por medio de arcos apuntados apeados sobre columnas de ladrillo. Las cubiertas son techumbres de madera, dispuestas en forma de artesa en la central y la de colgadizo en las laterales.

Exterior

Fachada.
Puerta.

Los exteriores están intensamente transformados, destacando la portada principal del siglo XVIII, situada en la fachada de los pies y compuesta por un vano adintelado entre pilastras que soportan un frontón curvo y roto, cuyas vertientes encuadran el retablito de azulejos colocado en 1951 para conmemorar la poclamación, de Pío XIII, del Dogma Asuncionista. Dicho retablito representa a Nuestra Señora de la Asunción, en un rompimiento de gloria con nubes y ángeles, ante la cual se postra en reverente actitud dicho pontífice.

Sobre las vertientes de la cubierta se levanta una espadaña también dieciochesca de un solo cuerpo, unida mediante aletones a la portada y construida por un arco de medio punto entre pilastras que soporta un frontón triangular rematado por cruz de forja.

Interior

Interior.

Aunque este esquema se ajusta, en líneas generales, al modelo góticomudéjar imperante en la arquitectura religiosa medieval en el valle del Guadalquivir—, el templo que nos ocupa presenta algunas peculiaridades que han llamado la atención de la critica histórico-artística.

En primer lugar la orientación del edificio en sentido nordeste-suroeste, resulta extraña y escapa de la habitual orientación litúrgica en riguroso sentido Este-Oeste. En segundo lugar, la disposición de la cabecera en testero plano, sin sobresalir el presbiterio, apunta a una fecha tardía en la que ya están pasando de moda los ábsides poligonales cubiertos por bóvedas de crucería gótica, anunciando la proximidad del Renacimiento.

Interior.

A este respecto el profesor Angulo Iñiguez fecha esta capilla de san Bartolomé ya en siglo XVI, cronología que toma como base la molduración clásica que presentan los capiteles de las columnas latericias que separan las naves, sin embargo, la posibilidad de que tales capiteles sean producto de una reforma del renacimiento, en unión de la tipología de las arcadas aconseja adelantar la fecha del edificio al siglo XV. máxime teniendo en cuenta el parentesco de dicha columnas —en realidad pilares cilíndricos— con los pilares ochavados presentes en diversos claustro mudéjares repartidos por la baja Andalucía, como el de San Isidoro del Campo en Santiponce o los onubenses de la Rábida y Santa Clara de Moguer.

Patrimonio artístico

Interior.

En cuanto al patrimonio artístico albergado en esta iglesia de San Bartolomé, hay que señalar que se vio afectado por los sucesos de 1936. En el siglo XIX contenía, aparte del retablo mayor, el Cristo de la Vera Cruz, los retablos de Nuestra Señora del Consuelo, Nuestro Padre Jesús Nazareno y San Juan Evangelista. En la noche del 5 de abril de 1936 hubo un primer intento de saqueo del edificio, frenado por la intervención de la Guardia Civil, aunque, como contada el párroco Ramos Feria en carta dirigida al Arzobispo de Sevilla, no se pudo evitar que resultara dañada la imagen del Apóstol «cuya cabeza ha quedado desprendida del tronco; el tronco presenta bastante quebranto», destrozando también el contorno de uno de los pasos de cofradía que allí se custodiaba. Desgraciadamente, en el mes de julio del mismo año se produjo el saqueo del edificio, que fue dedicado a almacén de cereales, desapareciendo el retablo mayor y siendo nuevamente destrozada la imagen de San Bartolome, del que pudo salvarse el busto, también afortunadamente preservarse las imágenes de Nuestro Padre Jesús de Nazareno, la Virgen del Consuelo y San Juan, apareciendo en el testero de la nave central, al desaparecer el retablo mayor, una pintura al fresco, fechada en torno a 1500 y que presenta una escena del franciscano, al parecer la Estimación de San Francisco.

Hoy en día se reparten por la capilla diversas esculturas, como la de Nuestra Señora de la Asunción, la de San Bartolomé, las del Nazareno y Nuestra Señora del Consuelo, de época barroca, y la pintura de Santa Catalina de Alejandrina, del siglo XVIII, revistiendo cierto interés las pinturas murales con temas de angelitos que portan inscripciones entre rocallas, fechables en momentos muy avanzados del siglo XVIII, que cubre el intradós de la bóveda de la cabecera de la nave lateral derecha.

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