Calle Orfila (Sevilla)
La calle Orfila de Sevilla es una vía urbana que se encuentra situada en el interior de su casco histórico y tradicional.
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Situación
Ubicada en el barrio de Encarnación-Regina, discurre desde la confluencia al norte de la plaza de Fernando de Herrera con la calle Javier Lasso de la Vega y el pasaje Los Azahares, hasta la que se da al sur entre la plaza de Villasís con la calle Laraña; desembocando en ella por su lado este (impares) la calle José Gestoso.
De escasa longitud unos 100 metros, es ésta sin embargo una calle importante y muy transitada por el público en general debido a su excelente ubicación dentro del entorno del centro comercial más convencional de la ciudad.
Puntos de interés
Cuenta esta calle con algunos edificios que tienen una gran notoriedad, bien sea por sus aspectos puramente arquitectónicos, religiosos o culturales, lo cual hace que sea aún más interesante, algunos de los cuales se citan a continuación.
Capilla de San Andrés
Antigua ermita de San Andrés que formaba parte de un centro hospitalario fundado en la primera mitad del siglo XVI.
Fue sometida a una profunda remodelación en la primera mitad del siglo XVIII, disponiéndose entonces la actual fachada de ladrillo avitolado entre altas pilastras pareadas que hoy presenta y la cúpula existente sobre su única nave.
Destaca su portada de traza clasicista y rasgos manieristas, atribuida al arquitecto Diego López Bueno y fechada hacia el primer tercio del siglo XVII.
Incautada por el estado tras la revolución de 1868, fue devuelta a sus dueños ocho años después.
Actualmente es sede de la popular Hermandad de Los Panaderos, que realiza su estación de penitencia procesional en la tarde-noche del Miércoles Santo de la Semana Santa sevillana.
Casa Antonio López
Bello ejemplar de casa modernista, es obra de uno de los más importantes arquitectos de cuantos trabajan en la ciudad a principios del siglo XX, José Espiau y Muñoz.
Construida en el año 1907, lo que hoy puede verse forma parte de una obra más ambiciosa que nunca llegó a realizarse, y que en principio preveía un edificio de hasta seis plantas de altura y dos patios, construyéndose sólo algo más de la primera crujía de fachada.
Exteriormente cuenta con tres plantas por encima del bajo, con una mayor altura en las superiores, y con un sentido del movimiento y unos elementos decorativos que lo hacen destacar de las casas que tiene en sus proximidades.
De entre sus elementos destaca el gran cierro central de forja y la decoración de motivos vegetales y líneas modernistas del conjunto, así como la utilización de pequeñas columnas con hojas de acanto en sus capiteles que acaban convirtiéndose en pináculos bellamente decorados.
Restaurada recientemente, esta casa constituye una de las principales obras modernistas de la ciudad.
Ateneo de Sevilla
Edificio de un notable desarrollo en fachada, realizada con ladrillo avitolado en tres plantas de altura.
Con una composición general muy acertada que evoca las grandes casonas palaciegas del barroco, de su conjunto destaca especialmente su portada de acceso, una elegante pieza arquitectónica levantada en piedra y en dos cuerpos de altura, con amplio hueco adintelado en cada uno de ellos y una pronunciada cornisa sobre el inferior que sirve de base para plantear sobre ella un solemne balcón central.
Ornamentada con guirnaldas, escudos y relieves tallados en piedra, roleos, pilastras cajeadas, columnas estriadas y una multitud de pequeños detalles de gran efecto decorativo, esta portada constituye una buena muestra de la mejor arquitectura señorial de la ciudad.
Mapa de situación
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