Iglesia de San Agustín (Marchena)
Iglesia de San Agustín, de Marchena.
Historia
La construcción de esta iglesia debió de iniciarse entre los años 1649 y 1653, y aunque no existen datos ciertos sobre su proceso de ejecución material hasta el último tercio de ese mismo siglo XVII, en 1675 aparecen diversas noticias sobre su edificación y sobre el encargo de una serie de columnas; unos trabajos no estrictamente estructurales que dan a entender que las obras se encontraban ya bastante avanzadas.
Es probable que un cambio en las previsiones económicas modificaran también su proyecto. En 1680 visita las obras el maestro mayor de la catedral de Toledo, Bartolomé Zumbigo; y tras su fallecimiento queda documentada la presencia continuada en ellas de Alonso Moreno, quien realiza y dirige las obras de la iglesia según las trazas del anterior y se encarga personalmente de la ejecución de la portada, aún sin terminar en 1686. Alonso Moreno se encargaría además de la supervisión general de toda la obra y dela selección de las maderas a utilizar, y su preparación y corte.
Se sabe que en abril del año 1692 la construcción se encontraba ya muy avanzada, pues se estaba preparando la cubrición de las torres y de la cúpula sobre el crucero y la capilla mayor, por lo que las naves estarían ya cerradas.
En un informe redactado en 1694 por el propio Alonso Moreno se dice que la obra se encontraba ya muy avanzada, pero a falta de grandes inversiones; en su fachada faltaba por concluir el cuerpo de campanas, el remate de la torre de la Nave de la epístola y las cornisas y remates de la torre de la del evangelio. Parece que se pensaba coronar las torres con los chapiteles con las típicas cubiertas de plomo de Castilla; faltaban también las veletas y los remates de hierro, y quedaban por construir las gradas del acceso al templo y el revoco de todo el conjunto con almagre siguiendo las costumbres madrileñas. Tampoco estaba acabado el interior, donde quedaban por instalar columnas y yeserías.
Iglesia
Se trata de un templo que se construye en la época del barroco, con elementos de transición al estilo neoclásico. Se trata de un ejemplar muy singular que no responde a la generalidad de las iglesias propias de esta zona, tanto por sus enormes proporciones como por su particular estética y sus elementos de acabado. Su alta fachada carece de la perspectiva adecuada para su contemplación debido a la estrechez de la calle en la que se encuentra, mientras que dispone de un amplio espacio delante de su fachada lateral, bastante menos interesante desde el punto de vista arquitectónico.
La iglesia está organizada según una planta de cruz latina, con tres naves levantadas con pilares que llevan columnas adosadas.
Sobre el crucero podemos ver una amplia cúpula colocada sobre pechinas; a su vez, la nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos, mientras que las naves laterales lo hacen mediante bóvedas vaídas.
En el interior del templo podemos observar una decoración de temas religiosos y elementos geométricos y vegetales tallados en yesería. Si nos fijamos en las pechinas en ellas figuran escudos nobiliarios y en la cúpula ángeles voladeros entre profusos elementos decorativos.
En el exterior, el pórtico se abre en tres arquerías lo que denota que la fachada tiene esquemas propios de la arquitectura madrileña de la primera mitad del siglo XVII.
Convento
Esta iglesia de San Agustín de Marchena forma parte del convento realizado para los Padres Agustinos entre los siglos XVII y XVIII por los citados maestros madrileños Bartolomé Zumbigo y Alonso Moreno, bajo el patrocinio del VI Duque de Arcos, Manuel Ponce de León, quedando como sede de su panteón personal, según se cita la placa de referencia que existe en la fachada del propio edificio. [1]
De aquél convento, hoy regido por los Padres Mercedarios, destaca en especial su majestuoso claustro de dos plantas de altura, algo más arcaico en su planta baja y mejor elaborado en su planta superior.
De gran elegancia barroca y sin excesos, se presenta organizado a partir de cuatro pórticos abiertos a base de galerías de arcos de medio punto que se apoyan sobre columnas de orden toscano en el nivel inferior, y galería cerrada con grandes huecos acristalados sobre el nivel superior. En el centro aparecen dos pozos con brocales de piedra, y en los ángulos pequeños alcorques para arbolado.
Referencias
- ↑ Datos tomados de Placa informativa existente en la fachada del edificio.
Mapa de situación
Bibliografía
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