Real Venta de Antequera
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Nombre |
Real Venta de Antequera |
Director/a |
María Dolores Rojas Álvarez |
Dirección |
Avenida de Jerez 54, Bellavista |
Teléfono |
690.000.681 |
Especialidad |
Celebraciones |
Año de fundación |
1916 |
Página web |
realventadeantequera.com |
La Real Venta de Antequera se encuentra en la localidad de Bellavista. Distrito postal: 41014. Teléfono: 690.000.681. Correo electrónico.
Contenido
Situación
Se localiza entre la ronda de Bellavista al Norte, las avenidas de Jerez, estando su entrada principal en el número 54 de esta avenida, al Este, y la de Bellavista (N-IV) al Oeste, y la calle Mallorca al Sur.
Historia
Carlos Antequera era banderillero y fue mozo de espadas de Antonio Fuentes durante cuatro años, al retirarse montará una bodeguita frente a la catedral de Sevilla, a la que llamó «Las Gradas de la Catedral». Tras unos años con ese negocio, Carlos consiguió el dinero suficiente para poder comprar unos terrenos, entre diez y once mil metros cuadrados, situados en Guadaíra, en el lugar en el cual el tranvía daba la vuelta, cerca del estadio Benito Villamarín, fundando ahí en 1916 la primitiva Venta de Antequera hispalense. La finalidad de la venta era ofrecer un lugar de descanso a los viajeros que llegaban a Sevilla.
El proyecto de Antequera tuvo el éxito deseado, empezando a convertirse en fonda de toreros y ganaderos, que le pusieron en contacto con el mundo de las ferias y, en concreto, con el ambiente taurino. Preparará unos corrales de trancos de madera, de modo que el ganado que desembarcaba en la estación de tren de los Merinales, más allá de Bellavista pero cercana a la venta, encontraba cobijo en este sitio, haciendo una última parada antes de su lidia en la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería.
El inicio de la temporada taurina concitaba a los aficionados en la venta, ya que el ganado llegaba el Viernes Santo y desde el Sábado de Gloria acudía el público para verlo. Presentando su máxima afluencia durante la Feria de Abril, la gente llegaba a pie y a caballo y hacían largas colas que salían del recinto prolongándose por la carretera, en la venta se llegaban a dar hasta 300 comidas.
No será únicamente un referente en el mundo de los toros, sino también en el ambiente cultural de la época; así, en esta venta se celebrará una reunión de la conocida como generación del 27, durante su ya legendario homenaje a Luis de Góngora y Argote de 1927 que organizaba el Ateneo de Sevilla, encuentro de poetas a cuya cabeza se encontraba el gran torero Ignacio Sánchez Mejías que les hacía de anfitrión.
Con la vista puesta en la programada Exposición Iberoamericana que se iba a celebrar en 1929, el hijo de Carlos Antequera se plantea ampliar la venta en un ambicioso proyecto; por ello decide trasladar la Venta Vieja de Antequera a terrenos ubicados entonces en el termino municipal de Dos Hermanas, al emplazamiento que ocupa desde ese cambio, los cuales tras sólo ocho años dejan de estar bajo el control de la administración nazarena ya que se incorporarán a la municipalidad sevillana.
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El hijo del fundador propondrá a los propietarios de las bodegas de Jerez de la Frontera que se involucren en el proyecto de la Venta Nueva de Antequera, dándoles la oportunidad de levantar sus propios pabellones en la venta, que les puedan servir como edificios que publiciten sus caldos y que se encontrarían alrededor de los corrales a modo de anuncios permanentes. Los pabellones edificados, cada uno en su propio estilo, serán los de Agustín Blázquez, Domecq, Garvey Sánchez Romero, González Byass, Marqués de Mérito y Osborne.
La construcción de la nueva venta y sus pabellones duraría desde 1927 hasta 1929. Enmarcándose tanto el estilo seguido como los materiales empleados en los típicos dentro de la arquitectura regionalista; con abundante profusión de detalles cerámicos, donde dejaría su huella el gran ceramista Enrique Orce Mármol, pero también intervendrán Cerámica Santa Ana, Manuel Ramos Rejano, Manuel García-Montalván y José Recio del Rivero[1]. Tras la magna exposición del 29, en 1930 visitó la venta el rey Alfonso XIII, a quien le agradó tanto el lugar que le concedió el título de «Real», al convertirse en proveedor de la Casa Real, pasando a ser la Venta Real de Antequera.
No obstante, el decomiso durante la Guerra Civil y la penuria económica de la posguerra, dejó en graves problemas el negocio y, aunque a partir de 1948 se fue mejorando la situación, los enormes costes de mantenimiento obligaron finalmente a la familia Antequera a vender el establecimiento en 1958, adquiriéndolo Francisco Morilla. El complejo siguió en todo momento dedicado a las actividades del ocio y a la tauromaquia, en este sentido en 1962 se construirá la plaza de toros, diseño del prestigioso arquitecto Felipe Medina Benjumea, para celebrar becerradas en las instalaciones.
No fue tampoco bien la venta sin sus creadores y en 1968 la compra el grupo Catunambú, pero a pesar de sus esfuerzos por revitalizarla, con una sala de fiestas con actuaciones, con un capellán propio (Pérez Estudillo) para celebrar las bodas, incluso poniendo una línea de autobús diario que comunicaba la venta con la plaza Nueva, tuvo igualmente que traspasarla. Esta vez la venta pasó a Gabriel Rojas Fernández; por otra lado, Diodoro Canorea Arquero se quedó con los corrales. Rojas apenas la explotó, deteriorándose cada vez más, hasta el punto que llegó a estar diez años cerrado el recinto; Domingo, un reconocido profesional del sector, le sucedería como titular de la explotación, regentándola en los años 1990.
En 1988 recibía el último desembarque de ganado, que se lidiaría por Juan Antonio Ruiz «Espartaco», antes de cesar en esta actividad y quedar los corrales inactivos durante varias décadas. En 2012, María Dolores Rojas Álvarez, sobrina de Gabriel Rojas, hereda la venta, y junto con su marido, Daniel de la Fuente Soto, intentarán recuperar esta joya del regionalismo sevillano. Tras la última rehabilitación de la misma, en noviembre de 2015 sería reinaugurada, con una tienta en la que intervinieron para la ocasión Pepe Luis Vázquez y Eduardo Dávila Miura, siendo bendecidas las instalaciones por Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp. Posteriormente ha acogido en sus instalaciones a la Escuela Taurina de Sevilla[2].
Venta
Se extienden sus instalaciones por una superficie de unos 15.000 m², con un aforo máximo para 3.000 personas (1.000 a cubierto), disponiendo de un total de siete espacios; con seis salones: Antequera de 280 m², Cristal de 150 m², Domecq de 35 m², González Byass de 50 m², Maestranza de 460 m² y Osborne de 70 m².
Además de los salones, aptos para celebraciones y conferencias, dispone de un área habilitada como museo, unos jardines de casi 6.000 m², corrales y la plaza de toros. Se dirige a todo tipos de eventos, como reuniones de empresa y actos sociales (bodas y otras celebraciones), enfocándose en especial al mundo del flamenco, el toreo y la gastronomía, que son la esencia de lo que fue desde su origen[3].
Referencias
- ↑ La Real Venta de Antequera, Javier Comas. Revista Escaparate.
- ↑ Los toros «vuelven» a la Real Venta de Antequera de Sevilla, Jesús Bayort. ABC de Sevilla, 20 de noviembre de 2019.
- ↑ Real Venta de Antequera. Sevilla Congress and Convention Bureau.
Bibliografía
- Sevilla. Banquetes, tapas, cartas, y menús, 1863-1995, Isabel González Turmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1996: pág 74 a 82.
- Historia. Real Venta de Antequera.
Mapa de situación
Vídeos de la venta
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