Cerámica Santa Ana
La tienda-taller de Cerámica Santa Ana de Sevilla se encuentra situada en la calle San Jorge de esta ciudad, dentro del casco antiguo del barrio de Triana.
Historia
El taller se funda en el año 1939, en las instalaciones que hasta ese momento habían sido utilizadas como alfares y salas de pintores de la fábrica de Manuel Montero Asquith, y en un tiempo aún anterior de Manuel Corbato y de la Viuda de Gómez, durante el siglo XIX.
Fue adquirida en traspaso por los hermanos Enrique y Eduardo Rodríguez Díaz junto con el pintor ceramista Antonio Kiernam Flores, el cual quedaría al cargo de su dirección técnica. El propio Kierman creó el nuevo rótulo comercial para el taller y los bellos paneles cerámicos que aún hoy pueden verse en su fachada, que ya tenía las obras anteriormente realizadas por Manuel Arellano y Campos, cuando la casa era propiedad de la viuda de Gómez.
Al principio la nueva sociedad se dio a conocer como Cerámica Santa Ana, Rodríguez Díaz y Hno, S.L., anunciándose en ocasiones como sucesores de Montero. Más tarde, y debido a la fama conseguida, sus obras se firmarían solo como Cerámica Santa Ana, o como mucho con el nombre de Antonio Kiernam o de algún otro importante ceramista. Paralelamente contaron con una tienda de venta de cerámica en el barrio de Santa Cruz, en la calle Rodrigo Caro, abierta hasta 1988.
Fueron muchos los ceramistas que trabajaron aquí a lo largo del siglo XX, muchos de ellos discípulos del célebre Antonio Kiernam. Entre ellos, y solo por citar algunos, Antonio Hornillo Pérez, Vicente Flores Navarro, Manuel Soto Carretero, Facundo Peláez Jaén, José León Rodríguez, Antonio Martínez Adorna, José María Ibáñez Martínez, Juan Sánchez Cueto o Rosario Aparicio Salazar.
Su momento de mayor esplendor le llegó en los años cincuenta y sesenta del siglo XIX, cuando llegó a contar con hasta cincuenta personas en su nómina entre pintores, decoradores, cargadores de horno, aprendices o dependientes, y demás.
Producción
En los alfares de Cerámica Santa Ana se ha venido realizando y comercializando habitualmente una gran variedad de género.
Entre ellos se citan los murales de todo tipo y los retablos cerámicos de temática religiosa; rótulos comerciales, elementos decorativos para la construcción y para la casa, zócalos, letras y una amplia gama de cacharrería tradicional. Muchos de estos elementos es fácil verlos aún hoy por la calle, en especial en lo que se refiere a murales y retablos cerámicos, zócalos o elementos decorativos para la construcción, como son los tradicionales pináculos o remates de azotea, muy frecuentes en los frentes de algunas importantes casas de Triana y de Sevilla en general.
Mapa de situación
Bibliografía
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