Francisco Antonio Ruiz Gijón
Francisco Antonio Ruiz Gijón (n. Utrera, 1653 - † 1720) fue un escultor e imaginero utrerano de los siglos XVII y XVIII.
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Biografía
Nace en Utrera, se cree que en 1653, pasando muy joven a vivir a Sevilla. Discípulo de Andrés Cansino, comienza en su taller aprendiendo el oficio de escultor. En 1673 asiste a la “Academia” fundada por artistas como Murillo y Valdés Leal.
Abre taller propio en varias zonas de Sevilla, el último en la collación de Santa Marina, donde se cree que fallece. No hay unanimidad en la fecha de su muerte, que en algunos estudios aparece con fecha de 1720, creyéndose que fue enterrado en la propia Iglesia de Santa Marina, hecho no confirmado pues sus archivos quedaron destruidos tras los graves sucesos de julio de 1936.
Su fama se basa en sus interpretaciones sobre los valores del realismo iconográfico latente en la "Escuela Sevillana" barroca de la segunda mitad del siglo XVII, donde su máximo exponente era por entonces Pedro Roldán, quien también influiría artísticamente sobre él.
Obra
No son muchas sus obras documentadas, pero su habilidad y técnica como imaginero y escultor quedaron inmortalizadas en su inigualable Cristo de la Expiración de la Hermandad del Patrocinio de María Santísima, conocida popularmente como "El Cachorro", contratado en el año 1682.
Es esta una obra llena de dramatismo realista, de 1,89 m de altura, de gran perfección técnica y de enorme fuerza popular, considerado por muchos autores como el Crucificado más emotivo de cuantos recorren las calles sevillanas en su Semana Santa. A ello contribuye tanto el dominio técnico sobre los rasgos de la anatomía humana como el virtuosismo en la ejecución del paño de pureza con que se cubre, tallado en fina lámina de efecto muy movido.
Para la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder de Sevilla crea las andas procesionales entre los años 1688 y 1692, dando forma a un modelo seguido e imitado luego por distintas cofradías sevillanas, que potencia las figuras de ángeles, relieves y águilas bicéfalas de las esquinas. Asimismo se le atribuyen las de la Hermandad del Museo, también de Sevilla, donde es evidente el barroco muy movido de su diseño.
Del 1687 es su Simón Cirineo realizado para la Hermandad de las Tres Caídas de la Iglesia de San Isidoro, talla en madera policromada que impresiona por su intenso realismo. Representa un perfecto estudio directo de la imagen de un hombre de la calle, y se tiene como el mejor Cirineo de Sevilla, tanto por su estudio del movimiento como por su agudo naturalismo y su concepción escenográfica. Para la misma Hermandad han sido recuperados recientemente dos ángeles pasionistas análogos a los del mismo autor existentes en los canastos de los pasos del Gran Poder y del misterio del Dulce Nombre, ángeles que formaban parte del antiguo paso del Señor de las Tres Caídas y que fueron contratados por esta Archicofradía en 1688 para un Misterio que se perdió en parte durante la invasión napoleónica.
Otra de las obras de este artista es el San José perteneciente a la Iglesia de San Nicolás de Sevilla, una escultura de bulto redondo dotada de marcado dinamismo y gran riqueza de estofado.
Para la parroquia de Alcalá del Río realizó entre 1671 y 1672 ; y para su Utrera natal, la imagen de Jesús Flagelado.
También se tienen por obra suya las imágenes de los Cuatro Evangelistas, de la Hermandad del Museo, de Sevilla, donde son patentes características de este autor, como el movimiento de sus cuerpos y sus vestiduras, y que ofrecen gran paralelismo con sus obras documentadas. Otra obra atribuida a esteautor es la Virgen Pastora de Santa Marina, si bien su autoría no está suficientemente probada.
Bibliografía
- Escultura e Imaginería. Daniel Pineda Novo. En: Cosas de Sevilla. Grupo Andaluz de Ediciones, año 1981.
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