Casa-palacio de Nicolás Díez (Marchena)
La casa-palacio de Nicolás Díez de la Cortina de Marchena se levanta en el número 6 de la calle San Juan, que a su vez se abre a la plaza del Cardenal Spínola.
Historia
La historia de esta casa-palacio comienza el 30 de abril del año 1782, cuando el presbítero de Marchena Nicolás Díez de la Cortina solicita del ayuntamiento unos solares edificados con viejos caserones, que se encontraban situados frente a la iglesia de San Juan, y obtiene licencia para construir en ellos.
El edificio que se levanta en este lugar es una importante casa que cuenta con las características propias de las casas-palacio del siglo XVIII.
Casa-palacio
Esta casa se asienta sobre una parcela de enormes dimensiones, una de las mayores de todas las que se encuentran en este viejo bario de San Juan, y de las que luego se segregaron algunas parcelas menores.
El edificio es asimismo de grandes proporciones, y se incluye plenamente en la corriente barroca de las últimas décadas del siglo XVIII.
Así, la casa cuenta con dos plantas de altura y de ella destaca su fachada principal, levantada en la calle San Juan pero abierta a su vez a la plaza del Cardenal Spínola presidida por la fabrica de la emblemática iglesia de San Juan.
Esta fachada queda organizada en cinco tramos mediante pilastras de orden gigante y estilo dórico, ubicándose en su tramo central la gran portada de acceso. Dicha portada es adintelada y se presenta enmarcada entre columnas que arrancan de bases bulbosas apoyadas sobre basamentos en esviaje; sobre las columnas descansa la cornisa que sustenta el balcón corrido y también adintelado que forma el cuerpo superior que, flanqueado por pilastras acanaladas y adornadas con volutas, se remata con un frontón roto de trazado mixtilíneo. En el interior de este frontón se incluye un gran escudo ornamentado con pinjantes y con la fecha de construcción: 1785. Para mayor énfasis de esta portada, la cornisa general de la fachada, continua en toda su longitud, se interrumpe y se eleva en esta zona formando un segundo frontón mixtilíneo, decorativo y de una enorme plasticidad barroca.
El interior de la casa cuenta con un patio de dos cuerpos de altura que se encuentran separados por una moldura estrecha, coronándose por un pretil recto. El cuerpo bajo de este patio queda delimitado por una sucesión de arcos de medio punto sobre columnas toscanas, mientras que el superior aparece cerrado por balcones sobre los arcos, todo ello muy sobrio en su decoración.
En la zona de atrás de la casa se abren los jardines, donde se aprovecha el viejo tramo de la muralla medieval para la apertura de algunos miradores de una sola planta, alguno muy interesante, como el que se ubica a eje con la portada principal y el patio, y donde puede verse el mismo tipo de temática y azulejería que en el zaguán de la casa.
Junto a la fachada principal, en la calle San Juan, se encuentra la casa de labor, desarrollada alrededor de dos núcleos bien diferenciados.
Bibliografía
Mapa de situación
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