Santo Cristo de la Púrpura (Sevilla)
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El «Santo Cristo de la Púrpura» fue una imagen procesional existente entre c. 1650 y 1900, obra anónima titular de la Hermandad de Las Cigarreras de Sevilla.
Contenido
Historia
Se desconoce el momento exacto en el cual se incorpora la talla a la nómina de titulares de la Hermandad de Las Cigarreras, pero ya se tiene constancia documental de ella en 1651.
En 1900 se autorizó por el Arzobispado la cesión del «Santo Cristo de la Púrpura» a otra Hermandad para su culto, a cambio de obtener para Las Cigarreras una lismona o ayuda que permitiera costear la financiación de una nueva imagen que se deseaba para dotarse de un «San Juan Evangelista», el cual era requerido para su uso en el quinario anual.
Pero no se hizo entrega de la imagen del Cristo a corporación alguna, sino al propio escultor encargado de realizar la nueva obra, Emilio Pizarro y Cruz, quien no sólo no realizó entrega a la Hermandad del trabajo solicitado sino que además no devolvería la talla secular; quedándose la Hermandad de Las Cigarreras sin ambas obras. Deconociéndose cuál sería el destino final que tuvo este singular «Cristo de la Púrpura», desaparecido desde entonces.
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Tras once años de gestarse el proyecto, en el 2015 el imaginero José Antonio Navarro Arteaga se encarga de la realización de una nueva talla que restituyera la primitiva devoción, optando este autor por no seguir el modelo iconográfico clásico, representando un Cristo arrodillado sobre su pierna derecha que se abraza a la columna con su brazo izquierdo, en lugar del antiguo Cristo en el suelo «a cuatro patas»[1].
Imagen
La talla cristífera representa a Jesús en el momento inmediatamente posterior al pasaje de la flagelación, en el cual se encontraría agachado, postrado en el suelo recogiendo sus ropas, la túnica sagrada. Así describe la escena un sacerdote jesuita en el siglo XVII.
"Desatado de la columna, tú caes en tierra, a causa de tu debilidad, estás tan rendido por la pérdida de tu sangre que no puedes sostenerte sobre tus pies. Las almas piadosas te contemplan arrastrándote sobre el pavimento, barriendo tu sangre con tu cuerpo, buscando, acá y allá tus vestimentas."
— Diego Álvarez de Paz, SJ. 1619.
Paso
La Hermandad encarga en 1664 al escultor Pedro de Borja y al ensamblador Pedro Camacho los trabajos para realizar la construcción de una urna y paso para la imagen; que debía seguir fielmente unas directrices, conforme a un detallado dibujo que el mayordomo y otros oficiales de la Hermandad le entregan. Sin embargo, De Borja deja inconclusa la obra, ya que tenemos noticia de que en 1666 Pedro Roldán, como fiador suyo que era asume sus obligaciones, y recibe el encargo de ejecutar ocho ángeles, en dos grupos de cuatro, y cuatro cabezas de querubines para las cuatro tarjas principales del paso. No será hasta 1696, tres décadas más tarde, cuando la Hermandad contrate el dorado del paso urna.
Restauración
En 1772 y 1773 se acomete una importante reforma, que afectó al estofado y la encarnación del Cristo.
Las actuaciones sobre el paso, por su parte, supusieron dotarle de una nuevas parihuelas, así como someterlo a un nuevo dorado.
Igualmente se realizaron cambios relativos a los elementos secundarios, incidiendo en la composición de la sagrada columna, con el estofado y encarnado de la docena de ángeles, y el bordado de una vara en la túnica.
Salida procesional
El «Cristo de la Púrpura» realizaba su salida procesional con la Hermandad en el Jueves Santo de la Semana Santa sevillana durante el siglo XVIII, efectuando este tercer paso estación de penitencia con el resto del cortejo hasta 1807. En 1874 volvería a procesionar, pero haciéndolo en dicha ocasión por última vez.
Referencias
- ↑ “Quiero que el Cristo de la Púrpura sea mi obra cumbre”, José Gómez Palas. El Correo de Andalucía, 12 de enero de 2015.
Bibliografía
- La advocación perdida: el Santo Cristo de la Púrpura (c. 1650-1900). Hermandad de Las Cigarreras. Círculo de Pasión, 2015.
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