Tabaco
La aparición del tabaco en España y en el mundo es fruto del descubrimiento del denominado Nuevo Mundo por Cristóbal Colón. Aunque no existe información concluyente sobre este extremo por parte de ningún autor, ni tampoco en el Archivo de Indias de Sevilla.
Si que podemos analizar las pruebas que puede arrojar la historia sobre la afirmación anterior. Aunque no tenemos pruebas concluyentes de ello, pero si indicios, veámoslos;
Hasta la llegada al Nuevo Mundo, en 1492, no existía en Europa constancia alguna de la existencia de la planta del Tabaco, ni de ninguna similar, en los Tratados de Botánica.
Tampoco aparece documentada en ningún libro de historia, ni de medicina el uso esnifado o absorbido de la combustión del humo de ninguna planta. Así los constata Antonio Escohotado en su libro Historia de las Drogas, Volumen I, pp 34 y siguientes.
Tras la llegada de Cristobal Colon a América, este descubre y documenta, este uso por parte de los nativos.
Las crónicas del Archivo de Indias describen que: Cuando Cristóbal Colón llego en su primer viaje a la actual isla de Cuba los nativos le ofrecieron diversos regalos, entre ellos unas hojas secas de una planta que deprendía al arder una fragancia peculiar la cual era aspirada por los indígenas echando tras ello, humo por la boca y la nariz.
La crónica del propio Cristóbal Colón indica que casi todos los regalos fueron arrojados por la borda de [[La Niña|La_Niña], por su escaso valor para la Corona Española.
A los pocos días, de su llegada Cristóbal Colon ordeno a dos de sus hombres concretamente al Ayamonteyo Rodrigo de Xerez y al sevillano Luis de Torres adentrarse en la isla y explorarla documentando todo cuanto veían. Ellos pensaban que estaban en Cipango, nombre con el que se conocía en el siglo XV a Japón. Sus ordenes eran explorar, documentar y llevar un mensaje de saludo al Gran Kan en nombre de los Reyes Católicos.
La descripción anterior de los hechos es la que aparece en el cuaderno de viaje de La Niña, que se encuentra en el Archivo de Indias de Sevilla. Juli Capella, lo recoge también en su libro Así Nacen las Cosas, pp 212 y siguientes.
Y así siguiendo ordenes de su capitán, Rodrigo de Xerez y Luis de Torres iniciaron su expedición por la isla. Actualmente esta isla alberga a los países de Cuba y Santo Domingo.
En su expedición por la isla solo encontraron indígenas pacíficos que iban semi desnudos y que iban besándoles los pies y ofreciéndoles fruta. Estos indígenas tenían la costumbre de ir con un tizón en las manos portado en una especie de caña hueca, en la que echaban frecuentemente hierbas que aspiraban o esnifaban.
A la vuelta del viaje y estando ya en Ayamonte, la esposa de Rodrigo de Xerez descubrió a este encerrado en su habitación echando humo por la boca y la nariz. La mujer salio horrorizada de la habitación, corriendo y chillando por las calles. Así lo cuenta la leyenda. El asunto llego a oídos de la Santa Inquisición.
El tabaco, no el cigarrillo. Fue traído a la vieja Europa por estos dos marinos españoles, se desconoce si en el viaje de vuelta de la Niña, la tripulación fumo tabaco.
Pero indudablemente, como veremos, Rodrigo de Xerez, tuvo peor suerte que su compañero, Luis de Torres. La Santa Inquisición considero un acto diabólico lo que hacia y fue encarcelado durante muchos años. La sentencia del tribunal de la Santa Inquisición a Rodrigo de Xerez afirmaba:
"Sólo Satanás puede conferir al hombre la facultad de expulsar humo por la boca."
Según Yuval Noah Harari en su libro de Animales a dioses, páginas (pp) 106 y siguientes; La historia de la agricultura en América en la zona explorada inicialmente por [Cristóbal Colon]] comienza en el 3.500 AC, precisamente de esa época justamente se sabe por los restos arqueológicos y por el arte precolombino que fue cuando se empezó a cultivar en la zona andina del actual Perú, la planta del tabaco. Posteriormente su cultivo fue extendiéndose por Centroamérica a través de la cultura Maya y Azteca, cuya revolución agrícola empezó 1500 años antes, hacia el 4500 AC. En esas culturas el tabaco se consumía esnifando humo, mascado, o en forma de infusiones. Así como de cataplasma en heridas, incluso se realizaban ungüentos por parte del pueblo Maya. La palabra tabaco que usaron en las crónicas del Nuevo Mundo, derivan del sonido que usaban los indígenas para describirlo que se podría escribir en español como tobago o taboca. Dicha denominación aparece en algunos documentos del Archivo de Indias de Sevilla. Los indígenas cuentan las crónicas, hacían referencia a una especie de tubo con forma de Y que se metían en la nariz los indios Tainos oriundos de la isla a la que llego Colon, creyendo ser Japón. Posteriormente bautizarían a la Isla como La Española.
Hernández de Boncalo, cronista e historiador de las Indias, trajo las primeras semillas de tabaco que llegaron a Europa, en 1559, por orden de Felipe II. Estas semillas fueron sembradas por Boncalo en una finca en los alrededores de Toledo, de nombre Los cigarrales, porque solían ser invadidas por plagas de cigarras. Allí se inició el cultivo del tabaco en Europa y, por este motivo, algunos autores piensan que el nombre de cigarro quizas provenga de esta circunstancia.
Aunque existe controversia porque otros argumentan que el nombre de cigarro también puede provenir del aspecto que tenían los cigarros hechos a mano de la época, que se asemejaban mucho a una cigarra o cigarrón. En cualquier caso no hay duda de que Sevilla y España fueron los que dieron reconocimiento y nombre al tabaco y al cigarrillo.
Enlaces externos
- Tabaquismo. Monografías Neumomadrid. Carlos A. Jiménez Ruiz y Segismundo Solano Reina.
- Alma mater hispalense: Las fábricas de tabaco de San Pedro (Sevilla).
Bibliografía
- Así nacen las cosas, Juli Capela Samper. Barcelona, 2010. ISBN 978-84-8156-483-9, Editorial Electa.
- De animales a dioses, Yuval Noah Haari. Barcelona, 2010. ISBN 978-88-4999-242-12, Editorial Debate.
