Teatro Estudio Lebrijano

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El comienzo del teatro en Lebrija se debe al Teatro Estudio Lebrijano (T.E.L.) que fue un grupo de teatro independiente. Era una asociación de actores que representaban obras que trataban sobre la realidad más positiva de la vida o la esperanza del futuro.

Este grupo nació en 1966, fue un grupo de jóvenes que intentaba hacer un teatro popular, es decir dirigido a los campesinos y la gente que vivía en la miseria, por ello sus temas más habituales fueron las actividades cotidianas, los abusos de poder, etcétera.

En el mismo año también se leyeron otras dos obras, el 11 de abril interpretaron «Todos eran mis hijos» y el día de San Fermín del 66 interpretaron «Llama un inspector». Juan Bernabé Castell fue el director del T.E.L. durante toda su vida. Sólo hubo dos obras dirigidas por otras personas: «La camisa» por Manolo Bellido y otra dirigida por Antonio Torres.

El T.E.L. formaba parte de los grupos de teatro independientes. Esto en el franquismo significaba trabajar bajo unas condiciones muy duras expuestos a multas, censuras y problemas a nivel laboral y familiar.

En 1967 representaron muchas obras creadas por nuevos autores.

El T.E.L. actuó en diferentes sitios tales como El Cuervo, Sevilla, El Bosque e incluso en una ocasión fueron a Nancy, una ciudad del norte de Francia, capital económica y cultural de Lorena, allí interpretaron el «Oratorio», obra por la cual ganaron el premio Delfín de Valencia, también fueron a representarla a Rüsselsheim por petición de algunos lebrijanos que trabajaban en la fabrica de Opel.

Tras la muerte de Bernabé se quedaron sin un director fijo.

Los medios económicos eran un problema para el T.E.L., pero a medida que fueron ganando fama fueron cubriendo esos problemas e incluso compraron un local para ensayar.

Debido a la ausencia de un director los problemas se fueron agrandando hasta el punto de ser insalvables. Hubo un periodo de inactividad y el grupo lebrijano decide unirse a otro grupo llamado El algabeño. Esta unión duro sólo dos años.

En 1978 hubo una nueva generación de personas interesadas en el teatro, la cual heredó el local del T.E.L.

La obra el «Oratorio», de Alfonso Jiménez Romero y bajo la dirección de Juan Bernabé, fue una de las obras que llevó a la fama al T.E.L gracias a su éxito en el festival de Nancy.

Ésta fue una obra de creación colectiva que incluirá las oraciones de «Antígona» y de «Caín y Abel», de las «Guerras» y del «Hombre», según los recitativos propuestos por Alfonso Jiménez. Pero muchos elementos puramente escénicos hacen resonar de otra manera el texto. Las pioneras referencias a la Guerra Civil Española como guerra colonial y la solidaridad, a contrapelo, que se establece entre Lebrija y aldeas cualesquiera de Asia o África. Es cierto que esta polisemia apoyada por la concepción ritual de la escena levantaba admiración y comprensión allí donde representaban, pero también sabía Bernabé, por experiencia propia puesto que se había formado en el seminario, del efecto adormidera de tanta catarsis, tanta misa y tanto sacramento. Los esfuerzos iban encaminados precisamente ahí, a resolver el falso dilema entre acontecimiento y texto. Donde cierto público veía puro acontecimiento, los lebrijanos eran capaces de leer un significativo texto.

En 1982 el teatro estudio lebrijano tuvo mucha importancia, incluso se creó un festival llamado la semana del teatro, en el cual durante una semana se interpretaban diferentes obras en el Teatro Municipal Juan Benabé.

Bibliografía

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