Barro de Lebrija

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Almacén de vasijas de barro listo para la venta, en Alfarería Lópoez López, de Lebrija.

Una de las principales actividades artesanales que se desarrollan en la localidad de Lebrija es la tradicional industria alfarera que se elabora a partir del característico barro de Lebrija.

Historia

En Lebrija se empezó a usar este barro hace siglos. Según los arqueólogos existen pergaminos en los que se atestigua que ya se utilizaba el barro de Lebrija antes de que hicieran «la Giraldilla».

Los alfareros sacaban este barro concretamente de unas canteras que hay detrás del castillo, aunque se podía encontrar en más lugares del pueblo ya que es muy abundante; son vetas de la tierra muy extendidas.

La extracción de este barro antiguamente se hacía con un pico y una pala, ahora se saca con retroexcavadora.

El barro de Lebrija se utiliza puro, no se mezcla con otros. Es un barro especial, muy manejable, una de las características de este barro es que es un barro de color blanco porque lleva sal de las Marismas.

Horno para cocer el barro, en en el año 2019, en Lebrija.

No se utiliza el barro tal como viene en la cantera, cuando éste se extrae hay que prepararlo, así para que esté listo para utilizar en alfarerías primero se muele y se afina; después se amasa y queda hecha la pella con la que se iniciará el trabajo, que se utiliza para hacer los diversos objetos.

El barro lebrijano es un material barato y en hacerse una pieza se tarda unos 5 minutos, una vez realizada la obra se deja secar y después se mete en el horno, que es de tipo romano, tras lo cual ya estará lista para venderse.

Lebrija es famosa por sus botijos; estos botijos mantenían el agua fresca a los campesinos. Todavía siguen funcionando algunas alfarerías, donde se trabaja el barro lebrijano para continuar haciendo cántaros, algunos búcaros, macetas para los patios, etcétera.

Este barro también se utiliza en otros lugares para su artesanía. Así el barro se empaqueta y se manda, sobre todo, a Jerez y Sevilla para moldear y hacer esculturas.

Este barro, además de su tradicional empleo en alfarería, también se puede utilizar en plan medicinal, como para curar picaduras de insectos.

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