Siglo XI

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Detalle de la muralla en el patio de la Alcubilla de los Reales Alcázares.

El siglo XI transcurre desde 1001 a 1100, se desarrolla en el marco de la Edad Media, durante el cual el reino taifa de Sevilla, con capital en la ciudad de Isbiliya, forma parte de Al-Ándalus.

Gobierno

Hasta 1031 subsiste el califato de Córdoba, al que pertenecía Isbiliya, pero desde 1009 se dieron continuas revueltas que lo debilitaron y acabaron por disgregar el poder que ejercía el califa en Al-Ándalus, apareciendo las diferentes taifas, y a partir de 1027 se puede considerar la de Isbiliya como un reino independiente.

Isbiliya fue capital de uno de los reinos de taifas más fuertes desde 1023 hasta 1091, siendo elegida para gobernarla la familia Banu-Abbad, la más poderosa de la ciudad, con los descendientes del creador de la taifa Mohamed Ben Ismail Ben Abbad.

El primer cadí de Isbiliya fue Abu Qasim Muhamad, Abad I (1023-1042), quien se declara independiente y además, gracias a la riqueza de la zona, puede emplear mercenarios con los que extendería sus dominios.

A éste le siguió su hijo Al-Mutadid, Abad II (1042-1068), que impuso la costumbre árabe, más refinada, sobre la bereber. Con dicho soberano Isbiliya consiguió controlar todo el oeste de Al-Ándalus, a excepción de Badajoz, rivalizando con las taifas más importantes, Toledo y Zaragoza.

Entretanto, los cristianos se mostraban amenazadores con frecuencia entre los reinos taifas y en el año 1063, en una de las incursiones cristianas bajo mando de Fernando I se descubrió la débil fuerza militar que poseían dichos reinos, de este modo, sin apenas resistencia, a los pocos años Al-Mutamid tuvo que comprar la paz y pagar un tributo anual convirtiendo a Isbiliya por vez primera en tributaria de Castilla.

Al-Mutamid, Abad III (1069-1091), sucede a su padre al fallecer, de gran capacidad intelectual y militar expandió el reino incorporando Córdoba en 1070, perdida con ayuda de los toledanos en 1075 y recuperada por Al-Mutamid en 1078 que extiende su control hasta el Guadiana a costa de la taifa de Toledo, y Murcia en 1079. Bajo su mandato fueron reconstruidas las murallas de Isbiliya, que habían sido destruidas en anteriores luchas; también en este siglo se levantó el alcázar Al Mubarak (alcázar bendito), como ampliación del recinto previo.

Tras la caída de Toledo en manos castellanas en 1085, los reyes taifas de Badajoz, Granada y Sevilla dejan de lado sus disputas y acuerdan buscar la ayuda de los almorávides.

Los almorávides, procedentes del norte de África, entraron para apoyar a los reyes taifas que solicitaron su ayuda frente a la presión creciente de los reyes de Castilla. Su jefe, Taschfin, derrotó en Sagrajas a Alfonso VI de Castilla en 1086.

Pero al advertir la debilidad de las taifas y las diferencias internas de los alfaquíes, en 1091 se hicieron dueños de casi toda Al-Ándalus (excepto Valencia y Zaragoza), aliándose con el propio Alfonso VI, al que dejan de pagar tributos, y desterrando a Al-Mutamid, que fallece cerca de Tánger en 1095.

Esta tribu nómada era de tradición coránica puritana, e intolerante con otras creencias, si bien con el contacto con la población andalusí, más culta, suavizarían su rudeza. Isbiliya se convirtió en la capital del occidente de Al-Ándalus, dentro de un imperio almorávide cuya capital se situaba en Marrakech, al frente del cual se encontraba Taschfin.

Bibliografía

Enlaces externos


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