Carro de riego de LIPASAM
El carro de riego de LIPASAM del museo de Carruajes de Sevilla fue realizado por Eduardo Díaz Jerez en 1991 para la Expo 92.
Historia
En los años 1980 el gerente de la empresa municipal de limpiezas (LIPASAM), Agustín Martínez Rodrigo, para darle visibilidad a la entidad perteneciente al ayuntamiento hispalense propone realizar alguna actividad para la Exposición Universal de Sevilla que iba a tener lugar en 1992. Contactó con un empleado de la empresa, Eduardo Díaz Jerez (h. 1945-2017), que era herrero en ella y le planteó la posibilidad de construir un carro de riego; Díaz había aprendido los oficios de herrero y de carpintero desde niño en los talleres artesanales de Triana, y tras ver varias fotos antiguas de carros de riego del siglo XIX, a partir de una de ellas le dijo que no precisaba de más para llevarlo a efecto, hasta el punto que incluso compró él mismo los materiales necesarios.
Le costaría a Eduardo Díaz más de un año y medio de trabajo, debido a que compaginó la construcción del carruaje con su actividad normal; realizándolo él por completo de forma artesanal a mano, con la única ayuda de un oficial, incluyendo todas sus piezas, incluso la tornillería. El año de finalización que figura externamente en las toberas reza: Sevilla, 1991, E.D.J. (sus iniciales); no obstante, en una barra interior grabó las fechas de inicio y fin, pero no está a la vista, guardando el propio carro en secreto esos datos.
Durante la Exposición Universal fue exhibido representando a LIPASAM y también empleado para su función en el magno acontecimiento de 1992, y así mismo posteriormente se ha utilizado en la Feria de Abril.
Al alcalde de Córdoba le gustó tanto que en los años 1990 se lo llevó para usarlo en la feria cordobesa, pero también se ha usado en diversos eventos, donde se ha apreciado su mejor encaje con el ambiente, así en actividades en el parque de María Luisa o en la salida de las carretas en la romería al Rocío.
El 31 de enero de 2017 se cedió gratuitamente al museo de Carruajes sevillano, y desde entonces se expone habitualmente en este recinto, si bien no ha dejado de aprovecharse el carruaje para el fin para el que fue diseñado, el riego de la vía pública, por los servicios municipales que mantienen su titularidad[1].
Carro de riego
Siguiendo como modelo la foto de un carro de riego de finales del s. XIX, Eduardo Díaz desarrolló un carruaje, en metal y madera, que transportaba una cisterna destinada al transporte de agua y en cuyos lados figurarían el logotipo de LIPASAM, así como mensajes dirigidos a los transeúntes relativos al cuidado y limpieza del entorno; pintado entero de amarillo con remates en verde oscuro, el carro sería tirado por un tronco de dos mulas, llevando en el pescante al cochero y un lacayo. Realizado enteramente a mano, hasta la tornillería respeta el estilo de la época que reproduce, siendo sus cabezales cuadrados como se hacían los tornillos antaño.
En ambos laterales presenta entre la rueda anterior y la posterior sendas toberas, por las que salen unos chorros de agua que riegan el firme; funciona el mecanismo por simple gravedad, siendo accionado por pedales. Su función principal es asentar el polvo baldeando agua al terreno.
Referencias
Bibliografía
- Eduardo Díaz vuelve a encontrarse con el carro de riego que fabricó en la empresa para la Expo 92. Entre Todos, nº 58, mayo de 2015: pág. 4 y 5.
- Un carro de Lipasam fabricado artesanalmente con motivo de la Expo, M.L.V. y M.R.; Andalucía Información, 4 de mayo de 2017.
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