Capilla del Mayor Dolor (Sevilla)
La Capilla del Mayor Dolor de Sevilla data del año 1782, y fue llevada a cabo durante la ordenación de esta zona de la ciudad cuyo centro era la Plaza de Molviedro.
La urbanización y regularización de la plaza se realizó a instancias del asistente don Pablo de Olavide, cuando la zona era un lugar yermo y próximo a la Puerta del Arenal, conocida como La Laguna, y en un tiempo atrás como la Mancebía; un espacio convertido en muladar, con barrancos cenagosos y construcciones de muy baja calidad.
El promotor de la urbanización sería el capitán don Manuel Prudencio Molviedro, de quien se ha dicho que era arquitecto o ingeniero; natural de Viana (Navarra), que en 1749 era patrón de los barcos Nuestra Señora del Rosario y San Antonio de Papua. Las obras básicamente consistieron en la rectificación de varias revueltas y la apertura de una nueva calle (actual Calle Castelar), que conectaría la Puerta del Arenal con la nueva plaza, en la cual se construirían viviendas de igual altura.
El proyecto de la capilla debió ser realizado por Pedro de San Martín, por entonces maestro mayor de la ciudad, según plano de este sector realizado por él en 1776 donde aparece la primitiva capilla en el centro de la plaza.
No existe coincidencia en la fecha de la construcción del templo por los distintos autores que se ocupan del tema, aunque parece cierto que se concluyó en el año 1782. La capilla se integra en el caserío de la calle Calle Doña Guiomar como un edificio más, con planta rectangular de una sola nave cubierta por bóveda de cañón rebajado cortada por arcos fajones y con lunetos.
En 1862 se llevaron a cabo obras de restauración por José Portillo, con yeserías realizadas por José Pelli. En 1869 el templo pasó a ser propiedad de Fernando Rodríguez de Rivas, conde de Castilleja de Guzmán y bisnieto de Manuel Prudencio Molviedro, siendo donado en 1953 a la Congregación del Corazón de María.
Desde el año 1982 es sede de la Hermandad de Jesús Despojado de Sevilla.
Bibliografía
- Una arquitectura para el culto. Teodoro Falcón Márquez, en: Sevilla Penitente, Tomo I. Editorial Gever, S.A., Año 1995.
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