Artemia

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Artemia fue una religiosa que vivió en el siglo IX[1].

Biografía

Mujer de religión cristiana se casó con un musulmán de noble familia, y residieron en el siglo noveno en Isbiliya (Sevilla) o en su diócesis.

El matrimonio tuvo tres hijos, Adolfo, Juan y Áurea, que fueron educados conforme la religión del padre como musulmanes, estando de acuerdo ambos progenitores en ello, dado que lo ordenaba la Ley en los casos de matrimonios mixtos como el presente[2].

A la muerte del padre, Artemia tuvo más influencia sobre los tres hijos y, habida cuenta que en Córdoba existía mayor tolerancia religiosa hacia el cristianismo que en Sevilla —debido a que gozaban de un indulto a cambio de un elevado tributo que se les exigía—, decidió trasladarse allí con sus hijos.

En Córdoba se establecerán en el monasterio de Santa María de Cuteclara; monasterio del que Artemia llegará a ser su abadesa.

Por influencia de su madre y viendo la labor que se hacía en la vida monacal, los tres hermanos acabarán abrazando la fe materna y convirtiéndose al cristianismo, llegando incluso a ingresar Áurea en este mismo monasterio en el que ya profesaba Artemia.

Los parientes sevillanos de su difunto esposo no estuvieron conformes cuando supieron la noticia de la apostasía de estos, recurriendo a otra rama familiar de ellos radicada en Córdoba al objeto de que les persuadiera de tal acción regresando a la fe mahometana, pero resultó infructuosa su gestión ya que se reafirmaron los tres en su conversión.

En vista de su negativa recurrieron a la justicia, ante la cual denunciaron a los apóstatas. Los magistrados cordobeses ante su postura pertinaz juzgarían y condenarían a Adolfo y Juan a la pena de decapitación, martirio que sufririían el 27 de septiembre del año 825, no así a Áurea que accedió a renegar de la fe cristiana.

Fueron los primeros mártires cristianos del Islam en estas tierras, teniendo lugar en la primera época del emirato de Abderramán II, antes de comenzar su presecución de los mozárabes. Su ejemplo, dando prueba de su fe, alentaría a otros, entre ellos a su propia hermana, que volvería a declararse cristiana y que sufriría por ello igualmente el martirio el 19 de julio del 856.

Los tres hijos de Artemia han sido elevados a los altares por la Iglesia Católica, reconociéndose la santidad de estos mártires.

Madre superiora de su comunidad conventual, a decir de las crónicas (entre las fuentes San Eulogio) era una mujer piadosa y un ejemplo de santidad para sus monjas, sobre las que ejerció su apostolado, como en el caso de Santa María de Cuteclara, también mártir[3].

Referencias

  1. Nota: En algunas fuentes se le confunde con Santa Artemia, virgen y mártir del siglo III en Roma, hija de Diocleciano y Santa Serena.
  2. 19 de Julio. Santa Áurea, José L. Repetto Betes.
  3. Virgen y mártir (Santa María). Anécdotas y catequesis, 24 de noviembre de 2012.

Bibliografía

Especial:Contributors/Artemia

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