Toribio de Velasco
Toribio de Velasco, un asturiano de buenas costumbres que llegó a Sevilla para dedicarse a la venta de libros piadosos, y que había profesado en la Orden Tercera de San Francisco en la clase de seculares. Viendo la triste suerte de los niños abandonados que le rodeaban pensó en un medio para apartarlos de este tipo de vida, ya que el municipio no había tenido los medios, ni había sido capaz de corregir esta lacra de la mendicidad infantil. Esta obra caritativa la inició en 1724 en su casa de la calle Peral en la collación del Ómnium Sanctórum, donde comenzó su labor enseñando doctrina cristiana y acogiendo a 18 niños, los más abandonados que encontró en la ciudad. Con el paso del tiempo la casa se quedó pequeña al ir acogiendo a un mayor número de niños por lo que en el mes de julio de 1725 se trasladó a una casa de vecindad en la Alameda de Hércules, la zona de Sevilla de mayor prostitución e indigencia. Recibía muchas burlas por su labor, pero también hubo bienhechores que confiar. en su empresa, entregando donativos. Ante la envergadura de la obra solicitó ayuda al Arzobispo de Sevilla y este trasladó la solicitud al Asistente de la ciudad el Conde Ripalda. Ante la fama adquirida por la fundación en toda Sevilla, el Asistente solicitó que acogiera algunos muchachos habituados a hacer fechorías y cuyo destino sería la cárcel. De este modo llegó a tener más de 200 muchachos, contando en todo momento con el apoyo moral económico del mismo e incluso de los mismos jóvenes. En el ánimo de Toribio no estaba la idea de educar a sus alumnos para el estado eclesiástico, aunque sus enseñanzas fuesen esencialmente religiosas. Sabía que aquellos jóvenes, de condición muy humilde, tenían que dedicarse a diversos oficios, para lo cual inició diversas ocupaciones en la Casa. Cuando volvían de misa, los pequeños iban a clase de primeras letras, los medianos se dedicaban a la escritura y los mayores al servicio doméstico, incluso la cocina; porque procuraba que no hubiese ninguno ocioso. Tuvo suerte en encontrar maestros gratuitamente, ya que los salarios hubieran minado sus escasos recursos. El hermano Toribio aspiraba a ensanchar la Casa de la Alameda, para evitarla aglomeración de los acogidos, acudió al Arzobispo y al Conde de Ripalda, ofreciéndole éste último la casa llamada de la Inquisición vieja y el Ayuntamiento le concedió un auxilio, procedente de las reses sacrificadas a diario del Matadero. Entonces contaba la fundación con 100 niños vestidos decentemente, de modo similar a los que estaban en el seminario de San Telmo, habiendo transcurrido tan solo dos años desde su instalación. A principios de 1727 la Casa se convirtió oficialmente en Hospicio, con un reglamento propio que redactó el fundador, acreditando una vez más su buen criterio para la educación. También llegaron al Hospicio buenos maestros de oficios "porque la síntesis suprema era que todos aprendiesen un arte para después pasar la vida honestamente". El taller de zapatería se abrió bajo la dirección de un maestro experimentado que entusiasmaba a los jóvenes, pronto los rudos muchachos se convirtieron en buenos oficiales, que se disputaban los artesanos de la ciudad para hacerles encargos de obras delicadas, ya que Toribio no permitía su salida de la Casa hasta que no hubiesen aprendido completamente un oficio, estuviesen instruidos totalmente y una edad adecuada. Se crearon otros talleres artesanos como los de sastres y polaineros, cardadores y tejedores de paño basto, que ofrecieron pronto grandes economías a la comunidad, porque todos estaban calzados y vestidos. Cada niño se aplicaba al oficio por el cual sentía inclinación, pero después de haber sido educado en la escuela. Desde esta época comenzaron el Hospicio y su fundador a tener buena fama, por lo que Toribio se dirigió a otras poblaciones para recoger niños desamparados. Iba provisto de cartas credenciales del Asistente (para la justicia de los pueblos) lo que le facilitaba la labor y se auxiliaba por algunos jóvenes de completa confianza. Con este método logró capturar a muchos jóvenes, poniendo a los detenidos bajo la custodia de los niños de la Casa. No necesitó nunca servirse de las cárceles, sus capturas tenían mucho de arbitrariedad, pero demostraban un periodo de decadencia en la administración de justicia, aunque su fin era convertir a jóvenes andrajosos y pequeños criminales en hombres de bien, supliendo las deficiencias de las leyes. Toribio de Velasco enfermó gravemente en agosto de 1730 y en su testamento señala a la persona que creía más idónea para concluir la fundación del Hospicio que ya estaba adelantada y "que le había ayudado en mucha parte de su piadoso trabajo"". Su entierro verificó con gran solemnidad, asistiendo los 150 niños del seminario con velas y gran parte del estamento eclesiástico de Sevilla. Fallecido el hermano Toribio, quedó encargado de manera interina de la dirección del Hospicio el hermano Antonio Manuel Rodríguez, cuyo nombre miento confirmó el Arzobispo, previo informe de sus cualidades y de las disposiciones en que estaba la comunidad de aceptarlo como jefe.
BIBLIOGRAFIA PRINCIPAL: Texto base del artículo: MONTERO PEDRERA, Ana María. Universidad de Sevilla. “Un antecedente de bienestar social en el siglo XVIII sevillano: el Colegio de los niños Toribios”. REFERENCIAS DEL TEXTO ANTERIOR: ARCHIVO MUNlClPAL DE SEVILLA. Sección del Conde del Águila. Papeles curiosos. "Non de la creación y progresos del Hospicio de los niños desamparados que con el nombre de Thoribio fundó en Sevilla el hermano Thoribio de Velasco", ASENSIO. José María (1882): "Estudio biográfico de Toribio de Velasco" en La Ilustración Católica. 5-julio-1882. BACA, FR. Gabriel (1760): Noticia de la fundación de los Toribios. Sevilla: Miguel Carrillo. COLLANTES DE TERÁN Y CAAMAÑO, Francisco (1896): Los establecimientos de caridad de Sevilla que se consideran como particulares. Apuntes y memoria para su historia. MATUTE YGAVIRIA, Justino(1886-87): Hijos de Sevilla señalados en santidad, armas, artes y dignidad Sevilla. MATUTE y GAVIRJA, Justino (1887): Anales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal Sevilla, metrópoli de Andalucía. 3 Tomos. Sevilla: E. Rasco. SANTA METROPOLITANA y PATRIARCAL IGLESIA DE SEVILLA. "Noticia de la fundación de la casa de los Niños Thoribios fundada en esta ciudad de Sevilla por Thoribio de Yelasco en el a 1725" 27-julio-1754. ZÚÑIGA, L. B. DE (1987): Anales eclesiásticos y seglares de la muy noble" (sic) muy leal ciudad Sevilla. Sevilla: Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos.
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