Domingo de Ramos (Pruna)
Domingo de Ramos en Pruna.
"Cuando llegaba a Jerusalén para celebrar la Pascua, Jesús les pidió a sus discípulos que trajeran un pollino, el cual montó. Antes de entrar en Jerusalén, la gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban ramas de árboles alfombrando el paso, tal como acostumbraban saludar a los reyes.
De esta forma entró en la ciudad de Jerusalén, y mucha gente, niños y adultos, lo acompañaron y vitoreaban como si de un rey se tratase con palmas y ramos gritándole “hosanna” que significa “Viva”. La gente de la ciudad preguntaba ¿quién es éste? y les respondían: “Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”. Esta fue su entrada triunfal.
Fueron muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero no tantos los que lo acompañaron en su pasión y muerte.
Mientras esto sucedía, los sacerdotes judíos buscaban pretextos para meterlo en la cárcel, pues les dio miedo al ver cómo la gente lo amaba cada vez más y como lo habían aclamado al entrar a Jerusalén."
En el pueblo de Pruna éste es un gran día, donde todos los niños del pueblo se visten de hebreos para recibir al Señor como Rey, y entre cantos de alabanza y alegría se sale a la calle con las ramas de olivo (previamente bendecidas por el sacerdote) alzadas; acto seguido se comienza la Santa Misa, donde se leerá el Evangelio de la Pasión de Cristo y donde la Hermandad de la Vera Cruz y la Pura y Limpia Concepción, abre sus brazos para recibir a todos los nuevos hermanos.
Al terminar la Misa, se llevan las ramas de olivo a las casas. Y se acostumbra colocarlas en los balcones y ventanas. Esto debe recordar que Jesús es nuestro rey y que debemos siempre darle la bienvenida en nuestro hogar. Es importante no hacer de esta costumbre una superstición pensando que por tener nuestra palma, no van a entrar ladrones a nuestros hogares y que nos vamos a librar de la mala suerte. Los ramos no son algo así como un talismán, ni un simple objeto bendito, sino el signo de la participación gozosa en el rito procesional, expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, Mesías y Señor, que va hacia la muerte para la salvación de todos los hombres. Por eso, este domingo tiene un doble carácter, de gloria y de sufrimiento, que es lo propio del Misterio Pascual.
Los ramos son cortados con muchísima devoción y siempre es la misma persona la que los trae, Antonio Porras Linero, desde el año 1988, por orden del presbítero que en esos años estuvo en el pueblo, Bernabé Linero Gómez, y que sustituyó a José.
Cuando se está poniendo el ramo en las ventanas, quedará constancia de que en esa casa vive un cristiano con todas las consecuencias que eso conlleva y, al ponerlo, se puede rezar una oración que se reza en algunas casas siempre desde pequeños, enseñada de madres a hijos:
- Bendice Señor nuestro hogar.
- Que tu Hijo Jesús y la Virgen María reinen en él.
- Por tu intercesión danos paz, amor y respeto,
- para que respetándonos y amándonos
- los sepamos honrar en nuestra vida familiar,
- Sé tú, el Rey en nuestro hogar.
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