Nazareno

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Los nazarenos son aquellas personas que siendo miembros de una Hermandad desfilan en el cortejo procesional que realiza ésta durante su estación de penitencia, habitualmente en Semana Santa, vistiendo el hábito y conduciéndose de acuerdo al libro de Reglas por las que se regulan.

Generalidades

Se suele restringir tal denominación para los que en su hábito incorporan un capirote armado, es decir, con una estructura cónica que lo soporta dándole su forma característica, la cual representa su acercamiento místico al cielo; diferenciándose así de los denominados penitentes, en los que al estar ausente tal armazón la tela del capirote que iría por encima de la cabeza queda cayendo hacia atrás.

Normalmente, además del capirote, llevan túnica y capa o cola, esta última recogida por un cíngulo o un cinturón. Existe gran variedad en su atuendo y en el colorido de ellos, por lo que suele ser una característica diferencial de cada Hermandad, incluso de cada paso, pues con frecuencia se distingue a los del paso de Crsito de los de la Virgen.

Aparte de los que portan bocinas, insignias, el libro de Reglas, varas u otros elementos precisos en el cortejo, la mayoría llevan cirios y se les denomina «nazarenos de luz», distribuyéndose en tramos de dos filas y estando al cargo de cada uno de estos sectores un «diputado de tramo».

Con la excepción de las cofradías «de negro» o «de silencio», popularmente llamadas «serias», en las otras los portadores de los cirios causan el disfrute de la chiquillería, pues les requieren que derramen su cera derretida para hacer con ella una «bola de cera», les solicitan estampitas de los titulares de la Hermandad o les piden caramelos con el latiguillo «Nazareno, dame un caramelo… —a lo que seguiría— si no me lo das, te doy una patá» aunque los más pequeños se limitan a extender la palma de su mano.

Historia

La denominación de nazareno proviene de la hispalense Hermandad de El Silencio, fundada en 1340, por ello denominada «Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla».

Ésta comenzó a realizar una procesión de penitencia al Hospital de San Lázaro y a varias iglesias, vestidos los hermanos —que acompañaban a sus titulares— con túnica morada como la del Señor, un Jesús Nazareno, asociándose de este modo el nombre descriptivo de la imagen al color del hábito y éste al de los penitentes que procesionaban.

Aunque El Silencio adoptaría más tarde el color negro para su hábito, la denominación de nazareno para los hermanos cofrades que realizaban su estación de penitencia acabó extendiéndose a las demás corporaciones de la ciudad.

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